Declaración preverbal de amor
Percibí inmediatamente que estábamos enamorados…No…Percibí inmediatamente que podríamos dejar que surgiera el amor. Me disponía a salir de la librería cuando me vi atrapado por su mirada. Es cierto, atrapado, casi poseído. Ella se había apoderado de mí y yo quede arrebatado. Ella estaba sentada en medio de un grupo de turistas que hojeaban unos libros de arte. Me miro mientras salía en un instante, comprendí que yo era un acontecimiento para ella. Era hermosa, y su dulce belleza penetraba profundamente en mí. Nos comprendíamos. Entonces, rodee su mirada con la mía. Era suave e intensa al mismo tiempo. Cruzábamos las espadas de nuestras tiernas miradas con un placer sagrado, religioso, un placer cercano a la angustia. Moví la cabeza para decir: “Hola” –se me escapo-. Tenía ya la impresión de unirme a ella, un poco, aunque no demasiado. Pero la intensidad emocional que experimentaba gracias a esa minúscula palabra constituía un gran acontecimiento. Ella exhalo un murmullo que debía significar: “Hola”. Estaba seria, y pude oír que su respiración palpitaba. El grupo de sus amigos indico que había llegado la hora de marcharse. Ella desvío la mirada, y después volvió a dirigirla a mí, con tristeza, mientras se alejaba. Así termino nuestra historia de amor.
Boris Cyrulnik. El amor que nos cura. Barcelona: Gedisa, 2005.
No hay comentarios:
Publicar un comentario